Cecilia Montero
Directora del Centro de Investigaciones y Estudios Pedagógicos (CIEP)
ctmontero@hotmail.com
Liseth Montero
RESUMEN
La educación musical en Venezuela tiene como referencia de origen la Música de Coro que se hacía en las capillas o en las catedrales como la de Caracas. Desde la segunda mitad del siglo XVII, la música ya formaba parte de los estudios en las escuelas de primeras letras que, conjuntamente con derecho, latín, retórica, filosofía moral y teología, se ofrecía como “lo necesario” para la sociedad europea de la época. Así en los círculos de “sociedad” se ejecutaba la música como sinónimo de refinamiento, de culto, de “civilización”, mientras que por otra parte, la música como producto humano al alcance de todos, existió desde los inicios de la humanidad, se encontraba en las sociedades precolombinas y más adelante fue creciendo en círculos sociales y no académicos conformando lo que hoy llamamos “música popular”. Aunque el fenómeno musical, como cuerpo sonoro, es uno solo, la visión occidental se encargó de separarlas; dándole un sugestivo nombre a las músicas hechas por el mundo eurocentrado: “música clásica” integrante de “las bellas artes” y las músicas hechas por los no- occidentales (indios, negros, mestizos, criollos): “música popular”, “folklore”, integrante de las “artes menores” o “artesanías”. Es así como se ha construido todo un entramado ideológico para separar un fenómeno que como producto humano es uno sólo, pero que dependiendo del lugar de su producción ocupa distintos niveles no sólo en el ámbito social y cultural, sino en lo educativo también, donde esas “otras músicas” solo alcanzan a formar parte de los “bailes folklóricos” y “pintorescos” del país, lejos del estudio sistemático e integral los pensa de estudios y diseños curriculares.
Palabras clave: música académica, música popular, eurocentrismo, educación.
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